jueves, 30 de octubre de 2008

Conspirandora de la Esperanza


Felicidades Carmen, Felicidades CDVDH


miércoles, 29 de octubre de 2008

Semejanzas

Brasil, marzo 2008 (Foto:Lydia Molina)

"Se vuelve cada vez más importante para el mundo la pregunta no de cómo alimentar a la
humanidad -hay comida suficiente; a menudo sólo se trata de organización y transporte-, sino de qué hacer con la gente. Qué hacer con la presencia en la Tierra de millones y millones de personas. Con su energía sin emplear. Con el potencial que llevan dentro y que nadie parece necesitar. ¿Qué lugar ocupa esa gente en la familia humana? ¿El de miembros de pleno derecho? ¿El de prójimos maltratados? ¿El de intrusos molestos?
El tren aminoraba la marcha: llegábamos a una estación. Vi cómo venía corriendo hacia los vagones un tropel de personas, cómo se abalanzaba sobre ellos como si se tratase de una muchedumbre de suicidas que de un momento a otro se lanzaría bajo las ruedas. Eran mujeres y niños que vendían plátanos, naranjas, maíz asado, dátiles... Se agolpaban bajo las ventanillas de los vagones, pero como acarreaban sus productos en unas bandejas que llevaban sobre la cabeza, no se veían ni los vendedores ni sus rostros, sino montañas de plátanos que, apiñándose, desplazaban a los pequeños montones de dátiles y a las pirámides de sandías, y echaban a los lados a las naranjas, que se caían y desparramaban. Con su imponente silueta, Madame Diuf ocupó enseguida todo el hueco de la ventanilla. Se puso a manosear y escoger entre las montañas de frutas y verduras que se movían por encima del andén. Regateó y discutió. A cada momento se volvía hacia nosotros para enseñarnos ya un racimo de plátanos verdes, ya una papaya madura. Sopesaba el trofeo en su mano blanda y regordeta y decía triunfante: «A Bamako? Cinq fois plus cher! A Dakar? Dix fois plus cher! Voila!» Y colocaba la fruta que acababa de comprar en el suelo y sobre los estantes. Pero los compradores no eran muchos. El mercado de frutas fluía ante nuestros ojos prácticamente intacto. Me pregunté de qué vivía toda aquella gente que nos asediaba. El tren siguiente pasaría por allí al cabo de varios días. En las proximidades no se veía ninguna población. Así que ¿a quién vendían sus productos? ¿Quién se los compraba?..."

Ryszard Kapuscinski- Ébano

Era el libro que me acompañaba mientras viajaba en tren de São Luis a Açailândia. Las escenas traspasaban las fronteras de la literatura y se colaban en el paisaje.



lunes, 27 de octubre de 2008

¿Quién es quién?

"Más de medio centenar de inmigrantes tratan de entrar en tromba en Melilla"
Unos 65 inmigrantes han tratado de entrar en Melilla por el puestro fronterizo de Beni Enzar, el más importante de los que conectan la ciudad autónoma con Marruecos.

"Melilla indefensa"
La fuertes lluvias de Melilla han servido para que más de una treintena de subsaharianos intentasen entrar en la ciudad por uno de los lugares más perjudicados.

¿Cuál es La Sexta? ¿Cuál es La Cope?

LaSexta

Cope

domingo, 19 de octubre de 2008

Vergüenza

(...) Es complicado encontrarlos. La extensión irracional de los invernaderos ha creado una retorcida geografía de 6.000 kilómetros de caminos que no figuran en ningún mapa. No hay indicadores. Ni referencias. No hay a quién preguntar. Los agricultores desconfían. A medida que la inmersión es más profunda, emergen entre los invernaderos grupos de chabolas; viejos cortijos de la colonización y ruinas de casetas de peones en los que se detecta que vive gente por la ropa tendida. En el corazón de plástico, los caminos comienzan a poblarse de subsaharianos pedaleando pacientemente y magrebíes cargados de garrafas que recorren kilómetros en soledad en busca de agua. En las balsas estancadas para el regadío figura pintado con brocha gorda: "Prohibido bañarse". En cruces y glorietas sin nombre, muchos jornaleros esperan que alguien les contrate sentados en el bordillo. Así un día y otro. No hay un policía en el horizonte.

Estamos en el sumidero. En el primer destino de los tripulantes de los cayucos y pateras que llegan a nuestras costas. Aquí comenzarán a pagar con sudor su sueño europeo. Sufrirán bajo los plásticos y vivirán como bestias hasta que logren regularizar su situación y puedan escapar hacia un destino mejor. Puede ser Valencia o Barcelona y, más allá, Francia y Bélgica (...)

Ninguno tiene papeles. Pocos, trabajo.
Viven sin luz ni agua. Comen de la solidaridad del grupo. Son hombres jóvenes a los que han robado el amor y la dignidad. La historia de cada uno es más triste que la del anterior. Y cada chabola, más indigna que la precedente. Muchos han contraído deudas para alcanzar España. Entre 2.000 y 8.000 euros. Están en un callejón sin salida. Algunos son menores de edad. Es el caso de Alí, de 17 años, que llegó a España hace dos. Con una sonrisa infantil, describe su entrada ilegal en España bajo una camión. "Me subí en Tánger. Iba apoyado en las ballestas. Por la carretera veía las cadenas del motor debajo, y si perdía el equilibrio, me destrozaban. Cuando íbamos rápido, el viento me sujetaba; pero cuando frenábamos, pasaba mucho miedo. Me resbalaba. Me sangraban las uñas. Estuve cinco horas. Me bajé en Cádiz. Tenía la cara negra. Me limpié, cogí un taxi y le dije que me trajera a El Ejido. Le di mi último dinero". Alí tenía 15 años. (...)

Texto de Jesús Rodríguez

Más en El País
http://www.elpais.com/articulo/portada/Regreso/Ejido/elpepusoceps/20081019elpepspor_9/Tes

sábado, 18 de octubre de 2008

Action Every Day

Foto: Lydia Molina

Estos días he estado en la V Semana Solidaria de Mieres en la que nos hemos "rebelado", como otra mucha gente, contra la pobreza.
Un infinito de números y porcentajes amargos nos han abofeteado intentando despertarnos de la anestesia y adentrarnos en "ese" silencio tan incómodo en el que no se encuentran palabras hasta que alguien lo rompe para ejercer su derecho al pataleo mientras el resto balancea la cabeza.
Tras la clausura de las charlas estuve unas horas (¿de verdad fueron...horas?) con Jesús, un misionero comboniano que ha pasado 15 años en Chad, uno de los países más pobres del mundo y productor de 170.000 barriles de petróleo diariamente.
Jesús describía sólidas instalaciones junto a chabolas que, con mucha suerte y en el mejor de los casos, disfrutan de dos horas de electricidad al día. Sus ojos revelaban el hastío de una población cansada ver retroceder la historia y volver a construir sus casas dos veces por año tras los fallidos intentos de golpe del estado.
Las cifras no suenan igual en las bocas de aquellos que dedican la vida a golpearse contra ellas. El 10 por ciento de la población chadiana infectada por sida, Jesús lo traducía en sillas vacías, en rostros de chicas jóvenes de menos de 20 años que mueren por una enfermedad que les llega en forma de prostitución o violaciones.

Su espíritu trasgresor me recordaba a la persona que me ha enseñado a darle sentido a la lucha y la revolución, tan aparentemente devaluadas y decadentes hoy: Carmen.

Uno de esos espejos en los que algún día me gustaría tener derecho a reflejarme. Mujer con la que he compartido un año de mi vida y que me conoce mejor que yo misma he llegado a hacerlo en ocasiones. De ella he aprendido mucho más de lo que soy capaz de transmitir. Carmen es la que me ha señalado el camino que conduce a la utopía. Es el compromiso y la constancia, de otro modo sería imposible haber levantado un Centro de Defesa da Vida e Dos Direitos Humanos en la Açailândia de 12 años atrás donde los pistoleros y la corrupción campaban a sus anchas.

Desde hace 13 años Carmen Bascarán lucha contra el trabajo esclavo en Brasil.

Un país que despega en el panorama internacional pero que de puertas para dentro esconde sus vengüenzas en grandes latifundios donde miles de trabajadores permanecen ocultos en la selva, viviendo en condiciones infrahumanas, sin derechos y endeudados, mientras sus familias los esperan sin saber si volverán a casa o terminarán enterrados en alguna fazenda. Esa es la "otra" cara de Brasil, la menos conocida. Y a acabar con ella es a lo que dedican su vida personas como Carmen y otros muchos desconocidos a los que, por suerte para todos, les "aprieta el nudo" ante la injusticia.



‘Bolo moi done’

Foto: José Alfonso

"Juntos hacemos la fuerza"


PERSONAS salen a la calle para pedir la despenalización del "top manta" y el indulto de todos los vendedores de música pirateada que han sido condenados con multas, expulsiones y años de cárcel como Mor Ndiaye.
Mor es senegalés y ha sido condenado por la Audiencia Provincial de Madrid a 8 meses de prisión y una multa de 1.200 euros por vender cds y dvds en la calle. Pero si Mor pasa ese tiempo entre rejas será porque le apetece. La justicia le ha ofrecido un trueque: no irá a prisión si acepta una “expulsión por vía judicial con diez años de prohibición de entrada" en la Unión Europea.
L
a manifestación, que recorrió el jueves las calles de Madrid, concluyó con la lectura de un comunicado. Éste iba a ser leído por Abdulhai, senegales, "sin papeles" y cabecilla del movimiento pero, casualmente, fue detenido horas antes de la marcha.
Ah! una cosa más, desde la asociación pidieron el apoyo a muchos de esos artistas a los que se les llena la boca en macroconciertos solidarios. Sólo hubo una respuesta...Nacho Murgui.

Por cierto, mientras escribo esto me estoy bajando 3 pelis y 2 cds del emule. Qué triste es tener que recordar que somos iguales...

Comunicado de la “Asociación de Sin Papeles de Madrid”

Sabemos castellano, es una de nuestras lenguas. Nuestros sentimientos también hablan en otros idiomas. Hoy para expresarlos utilizaremos el woolof; para entender y ser entendidos hablaremos en castellano.

La “Asociación de sinpapeles de Madrid” es una asociación de inmigrantes en la que tienen cabida todos los que luchan por la vida digna de las personas que no tienen papeles, sea cual sea su nacionalidad...

Hoy nos sentimos fuertes y orgullosos de nuestro camino. Somos muchos, estamos juntos y queremos hablar con nuestra propia voz. Esto es lo que queremos decir:

1.- Los derechos son los mismos para todo el mundo. En cualquier lugar y para todas las personas. También en España, también si no tienes papeles.

2.- No nacemos “sin papeles”. Cuando nos ven en los cayucos nos llaman “sin papeles” como si ya fuéramos “sin papeles” en nuestro país de origen ¡No! Nos convierten en “sin papeles” cuando llegamos a España.

3.- España no es el país de nuestros sueños, no es lo que creíamos, pero estamos aquí ahora y hemos decidido quedarnos. Vamos a convivir juntos y va a salir bien. España es también nuestro país.

4.- Hemos venido para hacer lo que quiere hacer cualquier persona: ganarse la vida con dignidad. Trabajamos en lo que podemos, no buscamos hacer daño a nadie. Nadie quiere trabajar en el top-manta, pero para muchos es la única posibilidad.

5.- No somos mejores, ni peores que nadie. Somos iguales, nosotros lo sabemos. No queremos privilegios, no queremos pasar por delante de nadie. Queremos vivir y trabajar con derechos y con responsabilidades, respetando y respetados.

6.- Quieren meternos miedo, se nos persigue, se nos detiene continuamente cuando vamos paseando por la calle. No podemos vivir tranquilos. Así es mas difícil integrase, pero estamos decididos a ello.

7.- Es necesario luchar para cambiar esto. No conseguiremos una vida digna sin un cambio en las leyes de inmigración.

8.- No es una lucha sólo por nuestros derechos. Es una lucha por un cambio social. A lo mejor no conseguimos la regularización de todos los sinpapeles. Pero avanzamos. Formar parte de la “Asociación de sinpapeles de Madrid” es un compromiso con nosotros y con los demás.

9.- Hoy estamos aquí también para pedir la despenalización del top-manta y para dar todo nuestro apoyo a la petición de indulto para nuestro hermano Mor Ndiaye. Es uno, pero somos todos. Como muchos de nosotros ha intentado ganarse la vida en el top-manta y ahora mismo tiene la ejecución inminente de una sentencia judicial que supondría su expulsión de toda Europa durante diez años. No es justo.El indulto es un paso pequeño, pero importante, al que van a seguir otros mayores.

10.- No pedimos nada imposible, sólo lo más básico y elemental: ¡papeles para todos!